Se conocen en el mundo alrededor de 25.000 especies de orquídeas, la mayoría de ellas epífitas, que crecen sobre los árboles de las zonas tropicales. Son las orquídeas que compramos en las floristerías. Sin embargo, las que habitan en Europa son terrestres y tienen una parte subterránea formada por raíces de formas diferentes.
Se considera a las orquídeas un grupo de plantas de aparición reciente sobre la Tierra, hace unos 20 o 30 millones de años. Se entiende muy bien si se compara con las coníferas (pinos, abetos) que hace 300 millones de años que viven en nuestro planeta. Hace solo 200.000 años que aparece el Homo sapiens sapiens del que todos procedemos.
Son plantas muy evolucionadas con flores muy hermosas y sofisticadas. Cuando aparecieron sobre la Tierra tuvieron que competir con muchas otras flores que ya utilizaban llamativos colores y profundos aromas con el objetivo de atraer a los insectos para ser polinizadas. Las orquídeas dieron un paso más y «diseñaron» unas flores espectaculares que atraen a los insectos de muy diversas formas: imitando a los propios insectos y engañando así a los machos que copulan con las flores, creando trampas llenas de néctar o «emborrachando» a los insectos.
Extracto del folleto informativo «Sallent, territorio de orquídeas»
Esta vez no habrá muchas explicaciones porque las fotos hablan por sí solas. El 11 y 12 de junio pasamos unos días fantásticos en Biescas con motivo de las VII Jornadas de orquideología y flora pirenaica. En estas fechas, el Pirineo es un retrato multicolor, una explosión de colores primaveral, que tuvimos la suerte de disfrutar en primera persona, simplemente con una cámara en mano y muchas ganas de aprender.
El ambiente fue estupendo, gozamos de un clima benigno y aprendimos de unos guías entregados a la causa. Si es que cuando algo te gusta es todo mucho más fácil. El parque de Arratiecho, el túnel de Gavín, el pueblo de Arguisal, la frontera del Portalet y el congosto de Santa Elena fueron testigos de nuestros pasos y de nuestra ganas de inmortalizar las sutilezas que nos regala el reino vegetal en primavera. La belleza efímera de las flores y orquídeas pirenaicas bien lo merece.
Tengo que felicitar a los organizadores desde aquí: suscitar el interés de tanta gente no debe ser una tarea sencilla. Por nuestra parte, encantados. Nos demostraron sobradamente que la botánica también es una potente arma de sensibilización medioambiental. A partir de ahora, salir al monte será aún más enriquecedor. Saber interpretar lo que te rodea te hace apreciar mucho más la tierra que pisas. Y, al fin y al cabo, esto también es una forma de sentirse más libre.














Gracias al Colectivo Foratata de Sallent de Gállego por cuidar de esta joya en peligro de extinción incluida en la Lista Roja Nacional. También gracias a Fernando de Frutos por la charla que impartió en Biescas la tarde del sábado 11 de junio; ahora ya sabemos que «15 años vigilando orquídeas» dan para mucho.










Guía recomendada:
Orquídeas de Aragón. Conchita Muñoz Ortega (2014). Colección Guías imprescindibles de flora, nº 2.