Valdemadera, los caminos del carbón
Algairén y sus mil caminos y sendas. Siempre como avanzadilla de la Ibérica zaragozana, como mosaico confundido de cultivos y bosques mediterráneos, como ínsula forestal en imparable expansión.
Algairén y sus mil caminos y sendas. Siempre como avanzadilla de la Ibérica zaragozana, como mosaico confundido de cultivos y bosques mediterráneos, como ínsula forestal en imparable expansión.
Los caminos a la montaña sagrada de Santa Orosia son múltiples y convergen siempre en el mismo foco irradiador, un modesto santuario varado en un gigante sinclinal. Esa energía, al margen de cultos y ritos devocionales, es tan poderosa y cautivadora que volvemos siempre.
Las tierras de silencio hablan a través del aire, las piedras y los caminos. El silencio no es más que un pretexto para poder escucharlas. Cuanto más profundo y grave es lo que callan, más intenso es lo que cuentan. La melodía de Secorún sigue sonando, a otra escala, en La Guarguera.
Rutas modestas que nos muestran con sencillez lo que antes fueron sembradíos que aprovechaban el agua de un río y ahora se naturalizan sin más. Podría ser cualquier rincón de esta tierra, porque los hay a puñados, pero hablamos de Cerveruela.
El Pueyo de Jaca es, hoy por hoy, un pueblo que lame la cola del embalse de Búbal, inaugurado en 1971, en una década en la que perdió su autonomía municipal y se incorporó al ayuntamiento de Panticosa.