La Hoz Seca, la incesante huella humana
Lo que vemos hoy tiene sentido porque otros estuvieron allí. Y así será para los que nos precedan. Caminar significa comprender. Y el barranco de la Hoz Seca habla un lenguaje universal, que conviene conocer.
Lo que vemos hoy tiene sentido porque otros estuvieron allí. Y así será para los que nos precedan. Caminar significa comprender. Y el barranco de la Hoz Seca habla un lenguaje universal, que conviene conocer.
Alpartir es singularísima. La atraviesa un río que nace en los altos de un bosque de robles albares, tan escasos en la provincia. En sus montes de rocas viejas y angulosas germina un raro narciso albar, un endemismo ibero-marroquí que alcanza en esta localidad su límite de distribución septentrional en la península.
Los territorios de frontera siguen siendo reservorios de una riqueza inmaterial enorme. De la que conviene observar con unas lentes especiales, discretas y humildes pero muy transparentes. La población soriana de Beratón no escapa a este enfoque.
Fuencalderas fue y sigue siendo territorio de frontera. Su término, hoy incluido en el de Biel, linda por el norte y el este con las localidades de la Hoya de Huesca de Villalangua y de San Felices, barrio de Agüero.
El río Grío es el curso fluvial de mayor entidad de la Sierra de Algairén. Con todo, se viste de pura humildad a lo largo de sus cortos 37 kilómetros, desde que ve la luz en las laderas occidentales de la Atalaya hasta que cede sus mermadas aguas al Jalón, a la salida de Ricla.