San Bartolomé, la punta de Cerveruela
Nada se eleva más que en la Sierra del Peco que el Pico San Bartolomé. Un hito más de la serranía ibérica zaragozana. Un saliente más en la enorme mancha de carrascales que se adueñan del sur de Zaragoza.
Nada se eleva más que en la Sierra del Peco que el Pico San Bartolomé. Un hito más de la serranía ibérica zaragozana. Un saliente más en la enorme mancha de carrascales que se adueñan del sur de Zaragoza.
La Laguna de Gallocanta es un tesoro. Poco más de una hora nos separa de uno de los humedales mejor conservados de la Europa occidental. Y no es que lo diga yo, sino que habría que preguntárselo a las millares de grullas que buscan en este ecosistema su refugio invernal.
Seguimos adentrándonos en los sectores ignorados del Huerva, lugares de naturaleza prístina que nos dejan estupefactos, rincones donde este río revela su verdadera identidad. El tramo que discurre por Herrera de los Navarros es sencillamente maravilloso.
Disponíamos de poco tiempo, pero teníamos ganas de respirar aire limpio, así que decidimos marchar hacia Anento para conocer su célebre aguallueve, un manantial que serpentea por las concavidades calizas de este curioso rincón húmedo de la geografía del Campo de Daroca.