Ibones Altos de Brazato, el dominio de la roca
Panticosa y su balneario forman parte del imaginario colectivo del Pirineo. Su pulso sigue siendo fuerte y sostenido, pese a los desmanes urbanísticos perpetrados. Miles de montañeros acuden atraídos por su contundencia granítica. La naturaleza prevalece sobre la ignorancia.